jueves, 27 de septiembre de 2012

El camino de las ardillas: Incendios Forestales




Es casi imposible estar viviendo aquí y no opinar de los incendios forestales en este país, en este año.
Se habla de todo tras la catástrofe: limpieza de montes, reforestación, de las brigadas, de las causas naturales de los fuegos en el Mediterráneo, de lo que se va a hacer desde el gobierno….
Hace muchos años otro de los intelectuales de este país, exiliado como la inmensa mayoría de los que no fueron asesinados o apresados, escribió que los poderes usaban los medios de comunicación para “enturbiar la información clara dificultando la realidad y las evidencias y aclarar inmediatamente en la dirección  que les conviene las situaciones turbias”. Se llamaba Ramón J. Sender y guardo con gratitud una dedicatoria que me envió en una de sus novelas desde su exilio en California.
Esta afirmación real pasó por tener alternativas informativas entre mediados de los años setenta y los ochenta a ser un monopolio que otra persona definió como la “Brunete mediática”.
Actualmente  el galimatías de medios y tontás es tal,  y de tal calibre e insistencia, que ahogan los informes serios de Adena, Greenpeace, Amigos de la Tierra o Ecologistas en Acción.
Insisten tanto que  me dan casi más miedo que los propios fuegos, porque estos se acabaran cuando no haya nada que quemar , pero la inmundicia y la mentira propagan la incultura y la falsedad  de valores con tantos medios que asustan y con esas creencias, la sociedad acabará pensando que,  o dejas el bosque hecho un parque municipal subvencionado, fumigado y vigilado  o un rayo lo quemará… porque así es el Mediterráneo y  que tras el incendio el estado y Europa nos dará dinero para bellotas y plantones para el día del árbol…… por el monte las sardinas tralará.
Nada es sencillo, pero estos son los datos que suele ser el punto de partida:
Más del 65% de los incendios son  intencionados (Casualmente los que más virulencia tienen y más magnitud alcanzan) y el 18% por negligencias. A la par, sólo el 3% de los incendios ocurren  por causas naturales, resultando este total  en torno al 85%, siendo el restante por causas desconocidas que, normalmente, se puede asociar en su parte proporcional a los hechos conocidos.
Los incendios no se evitan en invierno (como afirman a troche y moche por ignorancia o conveniencia……eso es un parche menor de mal gestor), se evitan con una política distinta, casi diametralmente opuesta a lo que quieren hacer creer de que los montes  han de ser raleados.
Faltan zonas arboladas equilibradas desde su misma reforestación basándonos en la ecología retrospectiva teniendo en cuenta, muy en cuenta, la variable del cambio climático, favoreciendo y creando barreras verdes, bosques comestibles, recuperar los micro-humedales de alta y media montaña, legislar penas importantes para los incendiarios y para los inductores y restricciones a cincuenta años para operar urbanísticamente en las zonas afectadas e impedir que nadie pueda hacer un negocio mínimo con y en un área incendiada.
Esto es terrorismo social: matar la vida de todos los actuales y futuros. Si hay beneficio de la madera quemada que este vaya directamente a un patronato que invierta la totalidad en regenerar la zona quemada con técnicas sostenibles.
A la vez,  crear empleo equilibrado y directo no dependiente, mediante una economía real e inmediata. Falta asimismo valor político y empresarial para trabajar recreando el bosque, por el bosque  y con el bosque.
Una gran persona me dijo que las administraciones, cuando funcionan bien, llevan veinte años de retraso a la sociedad…y que él no había conocido ninguna que fuese bien. Al Gore dice que los políticos son y deben de ser renovables.
Para un ciclo humano ya casi no tenemos tiempo de actuar como no busquemos miles de modos de acción inmediata, con decenas de miles de personas, que fuercen a un cambio de paradigma con respeto a la naturaleza, al bosque y al árbol.

AIDA FORESTRY & ENVIRONMENT